sábado, 4 de julio de 2009

La cancion del coleccionista bizarro.


Suda la carne las gotas de hambre recostada en su inmundicia y cabecea con el murmullo de la basura que escupe cada vez que intenta hablar de si misma, así me arrastro hasta sus aguas y me ahogo en las caricias de su soledad y su critica, nunca se cansa la maquina de mierda de toda su mierda moldear, no hay ser que crezca en esta tierra, el espacio solo para la mierda se ha de preservar. Camino, volteo, tropiezo y vuelvo a voltear solo hay sombras en tus alas y en tu boca el inmenso mar, se estremecen las flores de mi pecho, el cielo me quema al caminar, apaga la luz del puto vecino espero que ese maldito no vuelva mas, y sigue la maquina moldeando su mierda sin parar y por mas que trato no puedo dejar de en la mierda tu rostro encontrar, ha sido dictada la sentencia a mi, el monstruo social, victima del parloteo y el chisme, obsérvame callado y déjame que actúe que esta obra es solo mía, vivo en mi humanidad ambigua vestido de pieles ajenas con la boca llena de piedras, abraso el sol que alumbra el espejo de tu calida sonrisa, volare hasta tu nido y cubriré las paredes de demencia para que durmamos juntos en el oscuro abismo de tus ojos negros, y cuando despiertes e intentes retomar tu camino morderé tus piernas para que te quedes para siempre conmigo vomitándome tu dulce música al oído, déjame poner la lluvia en tus mejillas, sólo déjame existir en tu maldita voz.

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